sábado, 19 de septiembre de 2009

Camino primitivo - Camino de Santiago _ final

Sábado 15/08/2009 Grandas de Salime – A Fonsagrada - 26,8 kms
Hora salida: 06:30 h
Hora llegada: 13:30 h
Una palabra: Molinos
Día 7


Temprano abandono la encantadora Grandas, para comenzar el puerto del Acebo. Una subida muy tendida y asfalto recién colocado, hacen esos ocho kilómetros casi interminables, con una hilera de molinos en la cresta que sirven de referencia para corroborar que andas y andas, y parecen estar siempre a la misma distancia. Tras un último tramo realmente duro en el que se culmina el ascenso, noto como, casi en la placa que te anuncia que estás entrando en tierras gallegas, el camino continua descendiendo, sin pasar por la cresta de molinos más que un momento.

Durante la larga subida, pienso en buscar un lugar para almorzar entre aquellos gigantes, esperando además encontrar un buen mirador que me permita ver de donde vengo y sobre todo hacia donde voy. Abandono por tanto el camino y, por unas pendientes realmente duras, retorno a la hilera de molinos que domina el horizonte. Bajo uno de ellos, el espectáculo es fenomenal. En el lado asturiano diviso a lo lejos los molinos de la cumbre del Buspol, que cruzamos hace dos días, y un sinfín de valles y montes salpican el paisaje. A mi espalda, girando, otro espectacular cuadro, con A Fonsagrada apareciendo como una manchita blanca allá a lo lejos, y otra colección de valles para quedarse admirando todo el día. Repuestas las fuerzas, volvemos al camino correcto y ya en Galicia tengo la sensación de que el trayecto comienza a ser algo más llevadero, peor señalizado, pero menos rompepiernas y algo más plano. Por cierto, la orientación de la vieira cambia al entrar en Galicia, pero aparecen más flechas amarillas que ayudan a no despistarte tras varios días orientándote de la manera contraria.

Hoy es festivo, y en A Fonsagrada no hay demasiado comercio abierto, excepto bares y farmacias. Una vez cumplidos los deberes diarios, decido darme un pequeño homenaje y disfruto de una gran comida regada con un mejor caldo que hará disfrutar a mis sentidos.










Domingo 16/08/2009 A Fonsagrada – Cádavo Baleira - 29,1 kms
Hora salida: 06:40 h
Hora llegada: 12:30 h
Una palabra: Albergue
Día 8


Cruzándome a varios paisanos que todavía a estas horas disfrutan de la madrugada del sábado, inicio el camino hacia Cádavo Baleira. No hice compra el día anterior, por lo que hoy deberé avituallarme por el camino, y decido hacerlo, como recomiendan muchas guías, en Paradavella, lugar al que llego temprano, encontrándose los dos comercios existentes cerrados aún.

Salgo al paso de una señora que cruza la carretera para consultarle la hora de apertura de los mismos, misterio el cual se llevará hasta la tumba, momento que sinceramente le deseo muy lejano:

Peregrino: Disculpe Sra., sabe usted cuando abren las tiendas?

Contestación: Por ahora no (cerrado acento galego).

Toma ya!!! No se moja ni debajo del grifo. Por ahora no! me dice.

Se sugiere al lector que imagine una carretera local cruzando una pequeña aldea de unas diez casas, cinco a cada lado. La acera de la derecha, la de marcado carácter comercial, dispone de dos pequeñas tiendas tan recomendadas por la amabilidad de las señoras que las atienden, como cerradas cuando el peregrino llega al pueblo (eran las 10 de la mañana). Sin provisiones y con la mirada perdida intentando sacar sentido a la escena, el peregrino reanuda su camino mientras la señora, parapetada tras un amplio delantal, cierra la cancela de la valla y se dirige, vara en mano, hacia un prado en el que pastan orondas reses.

De vuelta al Camino, decido hacer caso a la guía que utilizo y obviar el trayecto original, por lo visto en muy mal estado y sin casi mantenimiento. La subida por carretera, paralela al mismo, se hace dura, pero a tenor de lo que me contarán los peregrinos que sí optaron por la vía más rústica, acerté de lleno con la decisión. Serán varios los que pagarán peaje por ese tramo, corto pero especialmente duro. Macarena se lesiona aquí.

La población de Cádavo-Baleira, parece que no llega nunca. Normalmente los finales de etapa siempre se me hacen largos, pero en este no se divisa el pueblo hasta que has llegado a él. El albergue es moderno y hasta 22 personas podemos quedarnos, todo un grupo de peregrinos polacos, que viajan juntos y pertenecen a una congregación religiosa, y la mayoría de los que vamos coincidiendo a diario.

También aquí abrirán el polideportivo, de manera que ya se nota algún incremento en el número de caminantes, aunque todavía es fácil hacer la mayor parte del camino completamente en solitario. Hoy me cuentan que Santi ha tenido que abandonar, al haber bebido agua en supuesto mal estado, haciendo la ruta de hospitales. La verdad, un palo de noticia, pues el buen vitoriano había caído muy bien entre la gente.

Por la tarde, buenas cervecitas en grupo y algo de picar, nos tienen hasta las tantas ocupados en el pueblo. En la tele dan la ida de la supercopa en Bilbao, y tanto Zuri como Angel disfrutan con el tanto inicial del Atleti. Recién comenzada la segunda mitad nos volvemos al albergue para no quedarnos en la calle, lo que les evitará un mal trago.

Mañana llegamos a la milenaria Lugo, es el primer día que tengo la sensación de estar ya cerca de Santiago. Es una sensación rara.









Lunes 17/08/2009 Cádavo Baleira – Lugo - 31,5 kms
Hora salida: 06:30 h
Hora llegada: 15:00 h
Una palabra: Agotador
Día 9


Definitivamente el camino se torna más plano y sencillo de andar, alternando con mayor frecuencia zonas asfaltadas que le restan belleza y le hacen más monótono. Las aldeas son también más frecuentes, y con ellas las posibilidades de realizar compras por el camino y las paradas a descansar, cada vez más necesarias. Pronto me veo reponiendo fuerzas en una pequeña fuente que encuentro, con un tejadillo que me resguarda del incipiente sol y un señor talando troncos enfrente, a unos metros. Con la cadencia adecuada, trozos de salchichón y buen pan gallego, van cayendo a ritmo de un hacheo constante, que amontona tanta leña como yo fuerzas para lo que me queda por andar. Tras charlar un momento con el aizkolari del oeste, prosigo hacia Lugo. La llegada hoy se hace insufrible, por un lado por el fuerte sol que nos castiga, por otro, largos tramos de asfalto, y una entrada a Lugo nada fácil de andar, obras, mucho polvo… La muralla, verdaderamente imponente, preciosa, y entrando por la puerta de San Pedro, con el albergue dos calles atrás. El casco antiguo de Lugo es muy interesante, la catedral enorme, y frente a ella, la puerta de Santiago por la que mañana deberemos continuar el camino. Intento localizar a Luz, una buena amiga gallega que podía haber estado trabajando allí mismo, en Lugo. Con Luz coincidí trabajando el tiempo que ella vivió en Barcelona, y quedamos finalmente para vernos, si podemos, ya en Santiago. Por la tarde, varias botellas improvisan un mini botellón en los tendederos del albergue y ya de noche, acordamos casi todos modificar la planificación inicial de etapas. Estamos tan castigados que preferimos acortar la etapa de mañana para darnos un pequeño respiro. Algunos, como Zuri, Angel, José y Maribel, prefieren quedarse un día más en Lugo a recuperar fuerzas. La alternativa, 35 kms hasta Palas de Rei, territorio ya del Camino Francés y donde se iba a terminar la tranquilidad.

Nuestra decisión, San Román da Retorta, a escasos 20 kms, que se mostrará además como un acierto pleno, permitiéndonos disfrutar todavía un día más del apacible y relajado espíritu de este Camino Primitivo.








Martes 18/08/2009 Lugo – San Román da Retorta - 20,2 kms
Hora salida: 06:45 h
Hora llegada: 10:30 h
Una palabra: Buen rollo
Día 10


Comienzo animado un día que sé va a ser poco exigente, convirtiéndose en unas mini vacaciones para nuestros cuerpos. Los tramos asfaltados siguen siendo muy frecuentes, y pronto me alcanza Luís, con quien camino hasta llegar a San Román. El ha de continuar hasta Palas de Rei, ya que Macarena se quedó en Lugo y le espera allí, espero que con mejor estado físico. A mi llegada al albergue, corroboro nuestro acierto. Todavía sin llegar el hospitalero, y siendo el primero en morarlo, paso un buen tiempo curándome los pies, donde se amontonan ya ampollas, rozaduras y heridas. El albergue se encuentra al paso de una antigua calzada romana que continuaremos mañana en dirección Melíde.

Pronto llegan Cheli y Juan, Richard y Miguel, un poco más tarde Jesús y al rato se nos une Fernando. Tras alojarnos en este bonito y acogedor albergue, el único servicio cercano se limita a una tienda/bar a la que nos dirigimos para comer y hacer la compra. Improvisamos el comedor a la sombra de la parte trasera de la casa, donde daremos buena cuenta de las raciones de lomo y huevos que, la mayoría por partida doble, degustamos previamente a una sobremesa distendida y especialmente agradable. Allí mismo haremos la compra y nos retiramos a descansar de nuevo a nuestro coqueto albergue. Hoy sí se me hace muy reconocible una sensación extraña, de lástima, de pena por ver tan cercano, por un lado el final de la tranquilidad con la que hemos andado estos días, y por otro la del mismo camino en sí, que pese a lo mal que te lo hace pasar, es todo él un disfrute constante.














Miércoles 19/08/2009 San Román da Retorta – Melíde - 30,2 kms
Hora salida: 06:35 h
Hora llegada: 14:00 h
Una palabra: Fiesta
Día 11


La salida todavía de noche de San Román hace que los primeros tramos se hagan con cierta prudencia, pues entre la bruma, y la escasa visibilidad, hacen que mi pequeña linterna se limite a ayudarme a ver donde piso, sin poder orientarme demasiado bien.

Mi andar es ya muy lento y forzado. El dolor ya no desaparece al calentar las articulaciones, o tal vez sea que las articulaciones no se calientan porque no soy capaz de soportar el dolor. Sea de donde sea la pescadilla, cada kilómetro a estas alturas cuesta sangre, sudor y, algunos, hasta alguna lagrimilla. Hoy almuerzo con Miguel y Richard justo antes de llegar al famoso puente romano, el cual no nos dejamos atrás de manera inadvertida gracias a un cartel que lo anuncia, pues la espectacularidad no es una de las virtudes del longevo viaducto.

Al llegar a Melíde, ya es muy habitual andar con otros peregrinos siempre a la vista, lo que se hace realmente extraño para el caminante primitivo.

La estampa del albergue de Melide, lo que esperaba, siendo agosto debe ser lo habitual. Somos más de un centenar los que, rodeando el edificio, hacemos cola por espacio de una hora hasta que una funcionaria nos indica que no disponemos de sitio en el albergue, y que van a abrir un colegio para que nos alojemos en su polideportivo. Una vez elegida la colchoneta y asumiendo la imposibilidad de una ducha rápida (solo hay una para todos), nos disponemos a buscar lugar donde comer y esperar mejores nuevas. En nuestro recorrido hasta un restaurante que nos recomienda un melidense que abordamos en plena calle, descubrimos un pueblo en plena fiesta patronal, con la feria instalada a 50 metros del colegio, y todo un mundo de sorpresas por ofrecer en lo que queda de día.

Tras dar buena cuenta de una fabada que nos sienta de perlas, y a nuestra vuelta al cole, un improvisado partidillo de basket nos distraerá a todos un rato, pese a acumular aun más dolencias a las que ya llevamos incorporadas de serie. Juan y yo no daremos opciones a los chavales, en un portentoso dos x dos con claros vencedores.

El descubrimiento de una piscina fluvial a unos dos o tres kilómetros, nos quita de la cabeza la enorme cola que todavía se amontona frente a la ducha del colegio, y corrobora el parecer de Jesús acerca de cierta magia que envuelve a esta población, dotándola de una capacidad inacabable para mostrar actividades festivas que realizar una tras otra. Envalentonados, nos dirigimos carretera de Lugo abajo, hacia el lugar prometido. Unas piscinas artificiales y un limpio tramo de río bajo la sombra de una espesa y fresca arboleda, pone ante nosotros un paraíso del descanso, con chiringuito y cerveza bien fresquita. Tras mantener pequeñas desavenencias con los fornidos vigilantes de las piscinas municipales, a quienes por cierto, Juan, el astuto, burló de forma ingeniosa, decidimos pasar descansando a la sombra el resto de la tarde, lo que nos hace coger fuerzas para, ya de vuelta y entrando de nuevo en Melíde, iniciar la ruta del pulpo de la localidad, por lo que dicen, el mejor de toda Galicia. Ya de noche, el exceso del partido de basket termina por rendirme y decido no salir a la fiesta, aunque quedarse en el polideportivo, era tener que memorizar, forzosamente, sin poder conciliar el sueño, las dulces y relajadas chicharras que las tómbolas utilizan como reclamo. La fiesta se alargará hasta la famosa madrugada melidense.












Jueves 20/08/2009 Melide – Pedrouzo - 33,0 kms
Hora salida: 06:35 h
Hora llegada: 16:30 h
Una palabra: Interminable
Día 12


Amanece lloviendo en Melide. Esa fina lluvia que en Galicia se torna arte, cala al peregrino de manera irremediable. Siguiendo al desfile de mochilas y chubasqueros no te es necesario casi ni buscar las marcas que indican la dirección correcta. Sello al paso por Arzúa, otro clásico del Camino, donde continua lloviendo. La incomodidad de la lluvia, mi lesionado ritmo y el kilometraje, hacen que esta etapa, la penúltima, se haga realmente interminable, no pareciendo llegar nunca a su fín. Tal vez mi ánimo tampoco contribuya a ello, pues ya tengo muy claro que mañana deberá terminar esta gran experiencia, muy a mi pesar.

A mi llegada ya se encuentra el polideportivo abierto para acogernos. Soy el último en aparecer, y ya me esperan mis compañeros, hacinados junto a más de un centenar de peregrinos. Tras la última compra, cenamos unas hamburguesas que nos saben a gloria bendita, y pronto volvemos a descansar con nuestra gran familia de caminantes.

Esta última noche, oculto en la oscuridad entre cientos de sospechosos y aprovechando la extraordinaria sonoridad de la instalación, RonQuijote del Camino nos ofrecerá todo un festival, ante el que nada pueden hacer los numerosos voluntarios que, de forma inútil, intentaron turbar su sonoro dormitar a base de ingeniosos ruidos… no saben con quien se las tienen, la noche es suya!!! Ese mismo día, Jesús nos había confesado que RonQuijote, no era otro que Guillermo.









Viernes 21/08/2009 Pedrouzo – Santiago - 18,0 kms
Hora salida: 05:30 h
Hora llegada: 10:00 h
Una palabra: Júbilo
Día 13

En previsión de que se me pudieran hacer muy largos los escasos 20 kilómetros que nos separan del destino, madrugo algo más que de costumbre, esperando corregir con ello mi pobre caminar y aprovechar al máximo este emocionante día que comienza. Hoy sin embargo, como por arte de magia, mi caminar recupera un paso rápido y firme, la proximidad a Santiago hace que los dolores sean menos, y bien pronto enfilo el Monte do gozo y un último tramo, que se convierte en un relajado paseo, ya dentro de esta bonita ciudad.

La llegada al punto final, a la majestuosa plaza del Obradoiro es increíble, emocionante y muy bonita. Guardo para mí una colección de sensaciones y sentimiento, todo ello concentrado en el escaso minuto que tardas en cruzar la puerta de caballerizas y plantarte en el centro de la plaza para, esta vez sí, girarte hacia la Catedral y disfrutar de un momento, del que pronto te das cuenta, recordarás toda la vida. Tras recoger nuestra compostela, reunidos ya con Cheli, Juan, Miguel y Richard, hacemos nuestra última comida peregrina, y en una soleada terraza, tras un buen café que me despide de todos ellos, con Jesús imagino preparando su continuación hacia Fisterra, tomo un taxi camino de la estación central de autobuses, desde donde salgo rumbo a Oviedo, para deshacer en escasas seis horas lo andado en estos intensos trece días, mientras termino cómodamente sentado estas notas que ahora, al ser releídas, me llenan de nostalgia y buenos recuerdos.












Camino Primitivo

13 días

322 kilómetros

83 horas caminando

Posiblemente vuelva al Camino el año próximo, aunque sé que no será lo mismo. Sé que puedo parecer algo exagerado, pero mi primera experiencia en el Camino, reconozco ha sobrepasado mis expectativas. Desde luego las referentes a la dureza propia de la experiencia, pero sobre todo a sus sensaciones, a su espíritu.

Ahora, un mes más tarde, disfruto de los beneficios de, por vez primera en mi vida, haber estado casi dos semanas realmente “desconectado” de todo, importante o banal. Cambiar todas tus prioridades durante una temporada hace que te plantees muchas cosas, disponiendo de tiempo y tranquilidad además, para pensar en ellas con detenimiento.

Especialmente sorprendente la sensación de descanso, cuando por la noche te vence el sueño con la sensación clara de no poder seguir, y te sorprendes al día siguiente cargado de fuerza y ganas por calzarte y salir.

Humildad, sociabilidad, empatía, descanso y sufrimiento.

Ilusión, dolor, barro, crisis, montaña, paisaje, molinos, albergue, agotador, buen rollo, fiesta, interminable, júbilo… una palabra para cada día y un sinfín de experiencias en cada uno de ellos.



A mis compañeros, los peregrinos primitivos, un fuerte abrazo y que tengais un buen camino.


Porque no se trata de ir a Santiago, porque se trata de hacer el Camino.


Que el espíritu del Camino perdure en tu vida.




Bajando al embalse de Salime, sobre las frágiles ramas de un helecho, un papelito escrito a bolígrafo azul rezaba, “el camino es magia pura”, pensé hacerle una foto…












2 comentarios:

Primogrino Miguel dijo...

Muy bueno, la verdad que eres todo un poeta, has plasmado con tus palabras de forma muy sincera tu experiencia en el camino.
Cierto es todo es lo que has escrito , las fotos muy buenas y oportunas.
Debo agregar santi dos frases de Jesusgrino "Con pan y vino se lleva el camino" y otra que nos marco de por vida "Mientras haya chocho y cueva que llueva"........
Saludos y te felicito por el blog.
Primogrino Miguel

M.A.Ortiz dijo...

Tú has usado una palabra para cada día... yo también quiero definir lo que siento ahora: SUBLIME.
Enhorabuena, Santi, por tu camino, y a todos los peregrinos que continuamente ponen realmente al límite su resistencia física y anímica.Usando una frase tuya, sin haberlo hecho, es difícil imaginar lo que realmente supone esta aventura, pero ver tu cara frente a la catedral, es signo evidente del sinfín de sensaciones que llevas acumuladas. Enhorabuena de nuevo.

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