Aquí vinimos a descansar,
gritó su madre, es una pena lo que ha pasado pero ya hay quien se encarga de ello, aseguró. Así que olvídate y vamos a la piscina, que nos esperan. Hacía ya tiempo que Ricardo no escuchaba a su madre, la miraba fijamente, con una extraña sonrisa en la cara, serena, comprensiva. De repente, se
giró y corrió al autobús que en ese momento abandonaba el complejo turístico. Desde la escalerilla, lanzó un último adiós con el brazo.
gritó su madre, es una pena lo que ha pasado pero ya hay quien se encarga de ello, aseguró. Así que olvídate y vamos a la piscina, que nos esperan. Hacía ya tiempo que Ricardo no escuchaba a su madre, la miraba fijamente, con una extraña sonrisa en la cara, serena, comprensiva. De repente, se
giró y corrió al autobús que en ese momento abandonaba el complejo turístico. Desde la escalerilla, lanzó un último adiós con el brazo.Donde va ese autobús? preguntó la madre a un empleado del hotel. Al otro lado de la isla señora, a Puerto Príncipe, las cosas están muy feas por allí, contesto el chico sin levantar la vista del suelo.
Este niño; verás cuando se entere su padre…

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