Era Julia, la reconocí, vestía como aquella tarde en el parque en el que les ví besarse. Estaba guapísima. Abrí la puerta.
- Hola, eres Julia verdad? Yo soy Fernando. Pasa por favor. Cariño! Julia ha llegado!

Salieron corriendo al ascensor.
- Papá, vamos a una fiesta, llegaré un poco tarde...
- No te preocupes Cristina, abrigaos y pasadlo bien, adios.
Me quedé un momento en el rellano, solo, como atontado. Sonó un ruido y entré apresurado en casa... mi pequeña, se hace mayor.
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